Antiguo enclave de la población situado a 1.5 km del actual Riópar. Destaca la Iglesia del Espíritu Santo (siglo XV) con su cubierta mudéjar declarada monumento Histórico Artístico, y las murallas árabes del Castillo situado en la parte alta de la aldea, compartiendo espacio con el Cementerio que se encuentra en su interior. http://www.riopar.es

Situada en la ladera de un cerro coronado por los restos de su Castillo Árabe del que quedan dos torres y algún tramo de la muralla, guarda en su interior un patrimonio histórico-artístico de gran valor.

La imagen más conocida de esta población es la de las enfrentadas Torres de la Trinidad y el Tardón, que simboliza las diferencias históricas entre el clero y el poder civil. Cerca de Alcaraz se encuentra el Santuario de la Virgen de Cortes, un Acueducto Romano y los restos de una Iglesia de Franciscanos.

Entre pinares y junto al valle del río Mundo, se encarama al borde de un cortado, siguiendo sus estrechas y moriscas calles, el municipio de Ayna. Que estas tierras son habitadas desde muy antiguo, lo demuestra la presencia de restos de cerámica del Periodo Neolítico y sobre todo, las interesantes Pinturas Rupestres de la Cueva del Niño, ubicada al otro lado del río.

De la presencia Árabe quedan los restos de unas salinas en el Paraje de "El Salero", en dirección a Liétor; y de La Reconquista, los restos del Castillo de La Yedra.

Esta villa colgada en la ladera de un variopinto valle, conserva como pocas en sus calle y fachadas, el sabor serrano. En los Hitueros, montes al noroeste de la localidad, se encontró algún bronce Romano. De su pasado medieval como fortaleza avanzada de Alcaraz quedan los restos de su Castillo, llamado Castillo de "La Hiedra".

Pero, sin duda alguna, lo mejor de Cotillas es su entorno. En sus profundos valles se genera un microclima, más templado, que unido a la grana abundancia de agua, favorecen el desarrollo de una abundante vegetación que da soporte a una rica fauna. Es importante no dejar de visitar Arroyofrío.

Llamada en otra época "de ambas aguas" por encontrarse en una encrucijada de ríos, fue en el siglo XV, una de las cinco Villas de los Manrique. Se trata de una tranquila localidad, de olivos y nogales, que no puede evitar acercar su imagen a su vecina comunidad andaluza. Como anécdota interesante comentar que en sus proximidades fue abatido el famoso bandolero "El Pernales". Existe un monumento conmemorativo perfectamente señalizado y es posible su visita.

Existen en la zona vestigios de asentamientos prehistóricos de la Edad de Cobre (año 2.000 a.c.) y de la Edad de Bronce (año 1.800 a.c). Pero es en tiempos de los romanos cuando esta ciudad adquiere importancia. De esta época se conservan restos de dos calzadas romanas, dos puentes romanos, el "Puente de Treviño" por sus dimensiones considerables, y un viaducto. No se descarta el aumento de este patrimonio en un futuro no muy lejano debido a la existencia de indicios de otros asentamientos. En 1974 fue declarada Conjunto Histórico – Artístico.

Como anécdota comentar que los estudios realizados por expertos de la Universidad Complutense de Madrid revelan que era Villanueva de los Infantes el lugar de la Mancha del cuyo nombre Cervantes no quería acordarse.